DO Terra Alta

El origen del cultivo del olivo en Cataluña y particularmente en la comarca de la Terra Alta es atribuido a los árabes, tanto es así que todavía la denominación de «almazaras» para los molinos de obtención de aceite de oliva es una clara referencia a este origen árabe. Según manifiesta el historiador Anton Monner en su obra «Cartes de poblament de Gandesa» (1992), en el año 1192, hace 850 años, en el momento de la transición árabe cristiana, ya se obtenía aceite en la comarca Terra Alta como base de la producción agraria.

Incluso, se puede retroceder hasta las civilizaciones helénicas y románicas, en que por los restos arqueológicos encontrados de la época (barcos hundidos, ánforas de vino y aceite, …) se deduce que tanto la Terra Alta como las comarcas vecinas eran exportadoras de aceite en el resto de productos de la ribera del Mediterráneo.

Pascual Madoz en su obra titulada «Diccionario Geográfico» (1847) cita que en 1847 refiriéndose a la zona de Gandesa, «… se produce en este país, abundante y fino aceite, trigo, centeno … «. Este mismo autor, también documenta que sobre la mitad del siglo XIX, el aceite ocupaba en la actual Terra Alta el principal espacio de cultivo, muy por encima del producido actualmente. Otro historiador, Daniel Martínez, en su libro «Història del Pinell» (1992), refiriéndose al municipio de Pinell de Brai, cita también el olivo como principal cultivo de este municipio cifrando en 418 hectáreas la extensión ocupada. Aunque este autor no menciona el año estadístico a que se refiere, se presupone que corresponde a la mitad de los años 1800.

Hacia 1900, los olivos ocupaban el segundo lugar en los cultivos de la comarca de la Terra Alta, lo que representa más del 28% del suelo cultivado, repartidas entre todos los municipios, entre un 20 y un 44%. Los municipios con mayor superficie de cultivo de olivo eran Batea, La Fatarella y Horta de Sant Joan. La producción de aceite era alrededor de dos millones de kilos.

SELLO DE CALIDAD
Una DOP (Denominación de Origen Protegida) es un distintivo de calidad reconocido a nivel de la Comunidad Europea, el cual certifica la procedencia de un producto agroalimentario de una zona determinada. La calidad o características del producto son debidas esencialmente o exclusivamente al medio geográfico en el que se realizan la producción, la transformación y la elaboración.