1) Si queréis comprar el mejor aceite, sin duda tenéis que optar por un aceite de oliva virgen extra (AOVE)
Sea cual sea el uso que le vayáis a dar: para freír, para guisar, para condimentar salsas, ensaladas o postres… usar el aceite de oliva virgen extra para cocinar NO es un desperdicio, sino un aporte de sabor y calidad, puesto que contiene mayor concentración de polifenoles y antioxidantes naturales beneficiosos para la salud.
Además estaréis usando un producto natural y no uno procesado químicamente. Desde el punto de vista culinario, cuanto mejor sean los ingredientes, más naturales y de más calidad, mejor será el resultado de vuestros platos.

2) Mejor con denominación de origen protegida
El sello de una denominación de origen protegida (DOP) en el envase de un aceite de oliva es la mayor garantía de calidad, un distintivo europeo que acredita que ese aceite ha pasado unos controles estrictos. Los aceites de oliva virgen extra La Gaeta llevan el sello de la DOP Aceite Terra Alta (una denominación de origen del sur de Cataluña caracterizada por unos aceites con connotaciones aromáticas que recuerdan a la almendra y a la nuez verde).
Recolectamos las mejores aceitunas arbequina y empeltre de nuestras fincas situadas en Vilalba dels Arcs (Terra Alta) por medio de procedimientos mecánicos para poder ofreceros unos aceites de oliva extra virgen mono varietales con un característico toque gourmet.

3) El color NO tiene nada que ver con la calidad del aceite
Aunque esté de moda el color verde oscuro el color del aceite no indica si es de mejor o peor calidad. El color del aceite viene dado por el momento en que se recoge la aceituna y su variedad. Así, una aceituna de una misma variedad recogida en el mismo momento de la campaña puede tener como fruto un buen o mal aceite dependiendo de cómo se realice el resto del proceso. Fijaos que los catadores profesionales utilizan vasos de cata de color azul, que esconden el color del aceite para que no influya en su valoración.

4) Cuidado con la acidez del aceite de oliva
Muchos consumidores compran un aceite mirando el dato de la acidez sin saber que no tiene relación directa con el sabor, sino que indica la cantidad de ácidos grasos libres que contiene. Pero sí es cierto que una acidez baja es un dato positivo en cuanto a calidad del aceite. Un aceite de oliva virgen extra tiene menos acidez que un aceite de oliva virgen, lo que significa que cuanto menor sea su acidez, menos habrá sufrido el aceite de oliva y mejor serán sus cualidades. En este sentido, la ley marca que un AOVE no debe superar nunca un grado de acidez (1%).
Lo que en realidad influye en la percepción del sabor del aceite de oliva es su contenido en polifenoles (antioxidantes naturales). Los aceites que presentan alto contenido en polifenoles suelen tener presentes con mayor intensidad en su sabor los atributos amargo y picante, a diferencia de otros aceites de oliva más dulces y ligeros como los de la variedad arbequina. Pero como ya sabéis, para gustos, los sabores.
En definitiva, si lo que queréis es comprar un buen aceite, con carácter y personalidad, olvidaros del precio como primer criterio antes de comprar, optad por un aceite de oliva virgen extra con denominación de origen.

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